lunes, 25 de octubre de 2010

Letras

Y mi boca perdio su ortografía, desvaneciendo su estilo autobiográfico al sentir esos dedos malditos, manchados de tinta negra, rozar mi alma escrita. Al escuchar la narración suave de esa voz cansada de libros guardados mi espíritu gris de metáfora se me escapó por los ojos. Al oler ese humo apagado que salia de su boca quemada, gastada de años de tortura, olvidada. Mi corazón quiso perderse en esas paginas oscuras y esquivas que parecían ser sus ojos. Sumergirse como quien cae rendido ante la palabra escrita y es que por un dialogo de sus labios, yo regalo hasta el epilogo de mi alma.

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