viernes, 27 de agosto de 2010

Disparo

Esos dedos apuntando a su cuerpo como si fuesen un arma. Le daban un terror inconcebible, deliciosamente imposible. Deslizándose su cuerpo, un terror apenas comparable a... no, no un terror que no tenia comparación. Era único, y aunque podía compararsele por pedazos, a su frialdad como a la de un tempano de hielo, a su crueldad con la de un caníbal, a su potencia con la de un motor, su fuerza con la de un gigante, no podía compararse todo, en su totalidad, contra algo mas.
No, ese terror que le causaban aquellos dedos como armas, que amenazaban con dispararle, con asesinar su espíritu, su cuerpo, su alma, cualquier cosa que la redujese a nada. No quería imaginarse, no quería saber lo que era un disparo de aquellos dedos como armas. La ignorancia a veces era simplemente una bendición demasiado grande como para rechazarla.
Pero él si quería que lo supiera, aquellos ojos fríos querían que lo supiera. Tenia la impresión de que le había hecho mas daño del que nunca podría reparar, así que le iba a ahorrar el esfuerzo, la necesidad de querer repararlo.
- Bam-susurra sin fuerza aquel hombre de los ojos fríos, moviendo su mano como se moveria una pistola.
Su cuerpo cae unos segundos despues, desmayado, inerte... muerto. No hay sangre, por lo tanto no hay crimen. Simplemente dibuja su caida en el aire, con sus cabellos claros volando al lado de su rostro. Terror... no, ya no había, se lo había llevado.

N: ¡Quiero una aaaaaaaaaaaasi!
D: Pues no te la voy a dar, por que soy un oso malo.
N: ... No, no lo eres.
D: Lo soy, mira como gruño grrrr!! Waaarg!!
N: Gruñes muy mal, los osos malos no te querran si gruñes asi de mal.
D: Pero... pero... ¡¡¡No!!!
N: Eso, eso, ¡llora!

lunes, 23 de agosto de 2010

¿Como no ponerse romántico?

¿Como no ponerse románticos si el aroma de tu piel aun no abandona la mía? Si el sabor de tus labios sigue en la punta de mi lengua. Es que todo esta para ponerse romántico, la temperatura, la luz que se cola por la ventana, el deseo de que te despiertes junto a mi cada miércoles, cada martes, cada día de la semana que no tiene el mismo sentido cuando tus dedos no atrapan mi cuerpo. Que últimamente me ha dado la estupidez de pensar que cuando estas a mi lado, el aire es prescindible en medio de esos besos dulces en los que a mi corazón se le olvida pulsar.
Como no ponerse romántico si los versos de Shakespeare se quedan cortos al describir lo que recorre mi cuerpo. Esa calidez, esa ansiedad por verte, por besarte en cada momento. Recoger tus lagrimas con mis dedos e invitarte a pasar a este mundo que he creado para mi, que es tuyo, como el resto de mi cuerpo, de mis palabras, los movimientos de la brisa.
Como no ponerse romántico cuando lo único que haces es rondar mi mente, arrinconarme contra mis ideas y obligarte a pedirte entre besos que te quedes a mi lado. Si conoces mi mente mejor que yo, si sabes que lugares pulsar para ponerme en este humor tan rosado y perfumado.
¿Como no ponerse romántico cuando miras mis ojos?
Es imposible no hacerlo. Cupido me lo impide.

N: Genial... es solo... genial
D: Cupido era muy amable, ¿sabes?
N: Amable Lucifer, no ese enano en pañales.
D: Lucifer tambien era amable.
N: Si, especialmente cuando accedio a colgarte en el limbo una eternidad

miércoles, 18 de agosto de 2010

Sol desconocido

Un conjunto de imposibles, de conejos disfrazados de dudas y dudas destrozando la e que les falta para convertirse en deudas. Una tarde en Madrid, recostada ante un sol que ni me conoce ni lo conozco, esperando que sus rayos se lleven mis dudas sin e's como favor a un errante sin herraduras. Y la gente pasa a mi lado sin verme, discutiendo futiles temas, caricias compartidas entre letras. Por que estas almas en pena no soportan el silencio, ni siquiera el propio, tienen que llenarlo de opiniones, de sentidos, de filosofias inventadas, de dietas y sexo en la alacena. Ellas tiene mas deudas con e que dudas sin ella. Y yo, que recibo las caricias de un sol desconocido me preguntó si alguna vez se escuchan. Ingenuas en medio de su perversidad. Almas ruidosas en un silencio falseado. Que dicen y dicen, que mienten y mienten y no encuentran imposibles ni conejos ni deudas machacadas. Y entonces esas almas se van por donde llegaron, por la calle, y me dejan a mi resolver lo imposible, decir lo impensable, amar lo que indescifrable.

D: ¿Si ves? ¡Te lo dije! Los conejos son imposibles disfrazados.
N: No.. Dijiste que los imposibles eran... oh, olvidalo, eres imposible.
D: ¡Siiii! ¡Soy un conejo!

viernes, 13 de agosto de 2010

Desasociego

Ya había visto aquellos ojos azules clavarse en todos los objetos de la habitación como quien no queria la cosa. Ya sabia en que terminaria todo, quien besaria a quien, quien llegaria primero y cual sangre correria. Ya sabia que él no era el tipo que ella deseaba y que se pasaria meses lamentando aquel encuentro. No hacia aquello por amor, entonces, o porque tuviese la romantica idea de que podía cambiarlo. En realidad estaba segura de que no era amor y de que tampoco podia cambiarlo. Era su destino llorar esta perdida. Tampoco tenia deseos de lanzarse a sus brazos como una damicela enamorada y besar el dorso de su mano suplicando su cariño, como sabia que haria. El desasociego le pesaba. Le pesaba la idea de saber que pasaria en lineas vagas, pero sin poder saber con exactitud porque.
Sentia que ya había vivido toda su vida, como un deja vú de magnitudes inconcebibles, sabia que aquello no terminaria alli, que era tan solo un comienzo. Pero aquel desasociego que la invadia, aquel peso de vivir por obligación, narrando un mal cuento cuyo final ya sabia. Le quitaba la emoción al asunto. Le cegaba los colores, le apagaba la vida. El desasociego de saber, por que los ignorantes siempre fueron unos bendecidos. El desasociego de ver. Lo que daria por ser una ciega del desasociego, no una maquina de sus dedos.

N: Dado
D: Nitido
N: Diente
D: Nitido
N: Es imposible jugar con alguien que no sabe hablar.
D: Nitido
N: Idiota
D: Eso no empieza por D!
N: Vale, tienes razón. Idiota elevado a la dos
D: Asi esta mejor.

sábado, 7 de agosto de 2010

Carta maquinal

Despues de arrullar mis penas con la voz ronca de Sabina, de tomarme un tequila imaginario para armarme de un valor del que claramente carezco tomo esa vieja maquina de escribir y tecleo con fuerza, como si no hubiese mañana, ¿quien quita que despues de todo no lo haya? o no lo halle. Que ya que mas da.
Escribo palabras desiguales, distintas, sin aparente sentido. FlOr. CamiLLa. Ramillete. tAjo. Ariet... CaraJO. Escribo y escribo palabras, sin consonantes y con ellas, saltandome los puntos y las vocales. Bllz. Aeu. Iioa. Palabra que pueden ser cualquier otra para cualquier otra persona, pero para mi solo representan una cosa. Un ideal perdido esta mañana, entre las cobijas negras y la almohada blanca. Que se refundio en ese agujero negro con el que se levanta mi mente y que a la noche escupe verdades inesperadas. Palabras mal escritas, sin tildes o con letras cambiadas. Argepio, Ingidnante, habia, enplorsatobi. Las letras quedan una tras otras plasmadas en el papel, a la espera que una gentil brisa de verano las seque con su caricia maternal, a que un tornado las arrastre a otro lado, a uno mejor, al triangulo de las bermudas de las horas perdidas. La carta se va formando, con esas letras sueltas, mal escritas, a medio escribir. Guiada por la turbulencia que me ataca a la 1 y 57 de la tarde, cuando el sol no me toca la piel canela.
Casi de forma sorprendente, como si se escribiese sola, la carta se termina y se firma. Dejando tras su desigual nombre un último punto a la 1 y 58 de la tarde.

D: Quiero una lechuga
N: Ve a un huerto por ella
D: ¿Que es un huerto?
N: Es un pozo gigante en el que nunca dejas de caer
D: ¿Hay lechugas alli?
N: En todos lados
D: ¡Ire a uno! ¡Esperadme lechugas!