sábado, 2 de octubre de 2010

No puedo, no debo, no lo haré.

No te voy a reclamar por la forma en que me miras, por lo que tus manos pretenden enseñarme. Es mentira, sin embargo. Pero no lo haré. No te voy a reclamar porque tus ojos hoy no busquen los mios ni tu cuerpo mi compañía. No te haré participe de una de esas conversiones colches, que los vecinos escuchan y murmuran a nuestras espaldas. No gritare mi desazón a tus labios, ni el hecho de que ya no te metes en mi cama a media noche.
No puedo, no debo, no lo haré.
No puedo por que prometiste nada. Los cielos seguían siendo cielos, las lunas seguían siendo lunas, tus labios seguían siendo tuyos. Las promesas de amante no tuvieron hueco en esto. Nada era mio, todo lo era tuyo.
No debo por que yo fui la que se fue desmenuzando, acomodando a tus horarios complejos, entendiendo tu idioma secreto. Fui la que se fue dejando llevar, la que se dejo arrastrar por la marea de tus ojos.
Es mi culpa, si lo es. Así que no lo haré. No preguntes, no hables a mis silencios como si fuesen tus amigos. No diré que te desprecio, no puedo, no debo, no lo haré. No diré que te anhelo. No puedo, no debo, no lo haré. Así que vete, no hay excusas que dar, no hay palabras de disculpa que explicarme. No puedo.. No debo... No lo haré.


N: ¿Nosotros escribimos eso?
D: Panfletos rosados
N: Pues no me gusta. Y punto.
D:¿Los panfletos rosados?
N: Eso tampoco
D: Pero si son pro-gays
N: Pues no.

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