domingo, 24 de octubre de 2010

Broke

Y era tan triste verla destrozada, regada por el suelo en millones de trozos brillante. Los recogería, pero no serviría de nada. Él había causado ese desastre, pero no era su destino deshacerlo. Pero era tan triste, tan triste. Verla quejarse con una boca a pedazos, a medias y tres cuartos. Pero no era su destino recogerla, por mucho que le doliese a él también. No estaba en sus planes volver a recoger su alma con sus manos frías. Aquí el camino se bifurcaba y aunque él hubiese querido quedarse debía irse. Por su bien, para que aprendiese a recoger sus pedazos sola, como debía ser.
Pero era tan triste... Era tan triste que si hubiese tenido lágrimas tan cristalinas como sus pedazos, se las hubiese regalado.

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