domingo, 11 de diciembre de 2011

Someone

Someone that please explains me...




What is life?

miércoles, 30 de noviembre de 2011

When I was young

When I was young, my grandma use to tell me and I wouldnt believe her, to me she always have been old.
When I was young the country was truly green, not that green covered of lies and half trues, no the green you know now, non a green you will ever know. Oh my child, when I was young the thing were so diferent. So right, so wrong. Just like they are suposed to be. My child, my child, when I was young, really young I didn't have to take care of nobody, even of myself and in that beautiful age of freedom and careless playing the country, the grass my dear, the grass was truly green, and the birds truly sang. Oh my child, if only you knew... When I was young.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Keep on living

- And what happens after a broked heart?
- You cry a bit, you get drunk a bit,you get screwed up a bit and then you get on your feets, clean up the dust, adjust your hat and keep on living.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Maybe

Maybe I have never felt it. Love, I mean. Maybe I would never can. But if its all a lie, I demand a compensation, and I demand it with you.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Silent meet flesh

Then was a time when silent meet flesh. They touch each other, they try to understand each other, they try to work each other out. But silence was to shy and flesh was to fast. And then flesh left, tired and bored and looking for something new. And silence was left alone, all by himself, he didn't even have the silence to acompanish him because he was the silence. And in the middle of his quite loneliness he promissed himself that he will make the death of the flesh, that flesh will know him, that in the end, flesh will be back with him and he will be the only thing that flesh could have in the eternity

jueves, 8 de septiembre de 2011

Left

- Lets go left.
- Why?
- Because right is too crowded.

D: Yo siempre te lo dije. Sieeeeempre
N: Nunca!!
D: Pues te mordere la oreja hasta enloquecerte

lunes, 5 de septiembre de 2011

- ¡Blasfemo!
Se detuvo, parpadeando increíblemente sorprendido. En un comienzo había querido seguir derecho, pasar y seguir su camino a su casa, pero aquella repentina acusación lo hizo devolverse, quitándose el sombrero de paño y parándose frente a ese hombre con expresión sorprendida y humilde.
-Discúlpeme señor, pero mi religión me prohíbe ser tal cosa- respondió con total sinceridad.

sábado, 3 de septiembre de 2011

I will not lie and say "I love you" I will go straight to the point and say "I want you"
Y si el amor llegase acompañado, devuelvase a Cupido en una carta.

Nombre

La había llamado por tantos nombres diferentes e impropios que ya no recordaba el real. Le había bautizado con cuanta actitud peliaguda, con cuanto secreto de medianoche, con cuanta confesión de borracho se le había ocurrido. Le había puesto tantos nombres, se lo había cambiado tantas veces que ya no recordaba el real.
Intentó con uno, pero ese era un nuevo invento, intento con otro pero no sonaba al suyo. Parecía que empezaba a cansarse y se revolvía con un gesto de disgusto. Empezaba a asustarse, temía que se fuera. Le nombró las estrellas, los planetas existidos, por existir y que encontraban solo cabida en sus labios. El susurró de las flores a las abejas, le nombró como mil besos entre amantes. Pero ninguno era su nombre y una angustia innombrable le subía por la garganta. Intentó con todo, con nombres que ni sabia que sabia y cosas que desconocía conocer.
Pero nada.
Y la angustia se volvía casi palpable, la angustia se volvía de esas angustias llenas de gula que te comían de adentro hacia afuera y se relamían con las esquinitas. Nada, lo intentó una y otra vez pero nada, su nombre seguia siendo inalcanzable. Las frutas mas deliciosas, las reservadas a los emperadores y que los simples plebeyos desconocían hasta la forma le nombró, pero se negó ante ese nombre. Intentó con todo, con la arena revuelta por las zarpas de un cangrejo, el silencio en una partitura, la soledad de la orquídea recién nacida, pero nada.
La angustia continuaba, ya había devorado con placer doloroso cada uno de sus órganos y subía por su cuerpo, tendría que salir para comérselo por fuera, de afuera hacia adentro ahora, relamiéndose con las esquinitas.
Y la escupió.
-¡Soledad!-escupió de forma dolorosa, con la angustia escapándose de entre los labios.
Entonces se detuvo y lo miró, para luego revolverse, claramente complacido, y quedarse quietita en su interior. La angustia le miró, como un pequeño gusano fuera de su cuerpo y luego se arrastró lejos mientras se abrazaba a si mismo, intentando mitigar el nombre recién descubierto. Sus brazos intentaron cubrirlo todo, hasta su nombre, pero no podía. La angustia se alejaba cada vez más y él se abrazaba sobre el frío suelo, repitiendo su nombre como un niño pequeño.


D: Me siento... Paquidermo.
N: Te puedo cortar en pedacitos si quieres.
D: Eso no se le hace a los paquidermos, a los paquidermos se les cuenta.
N: ¿Quien te dijo esa mentira?
D: Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña....
N: No, no, esta mal esa canció...
D: Como veia que resistia fue a llamar a otro elefante!
N: Que no, que esta mal, que dic....
D: Dos elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña...
N: D, no pueden balancearse dos elefantes porque tu solo eres uno.
D: Claro que si! Nos estamos balanceando el buen Kant y yo!

martes, 30 de agosto de 2011

Un día el silencio se fue a mas y se volvió en palabras bajó tus dedos. Tomaste el teléfono y llamaste a la única persona que sabias que estaría siempre allí y juntos se sentaron en una hierba amarillenta de soledad, con un árbol dormido por el otoño. Aquella tarde se inventaron las nubes de algodón blanco en un cielo azul marítimo impoluto como si de artistas se trataran. Se confesaron a media voz, sin mirarse a los ojos todo lo que sus pechos habían atrapado desde hacia años. No costó mucho, lo habían pensado por tanto tiempo, lo habían imaginado tantas veces que las palabras salían con el dolor de alguien que sabe lo que debe decir y no ha podido, pero el alivio de quitarse un peso de encima.

Confesaste que no sabias lo que hacias, que te persiguía un deseo de perfección infundado pero irremediable contra el que habías peleado desde que lo descubriste, pero con una obsesión no había forma de pelear, tenía mas voluntad que tú. Encontraste un conejo negro en la blancura acolchonada de las nubes inventadas. Confesó entonces que no entendía lo que hacia y que lo perseguía el deseo de la imperfección, de errar con libertad como todo humano, pero contra las obsesiones no había forma de pelear, que tenía mas voluntad la obsesión. Encontró entonces los ojos de una mujer entre el azul marítimo del cielo.

Hablaste, hablaron, te habló por horas. No recordabas ya después de un rato que tanto habían hablado, que tanto habían dicho pero tenias esa sensación de satisfacción del pecho que solo sobreviene las buenas conversaciones, cuando logras hablar de forma clara. No recordabas la última vez que habías logrado hablar así con alguien y cuando te giraste para mirarle no encontraste nada.

Y en el cielo encontraste la figura de un tren, de un tren acariciado por la luz naranja del atardecer que le llevaba lejos, cabalgando nubes que no estaban allí.

viernes, 5 de agosto de 2011

No perfect

- There is no such thing as perfection.
- Well then, I guess you are stuck with me.

martes, 26 de julio de 2011

Circulos viciosos

In order to write I need to be in love. In order to be in love I have to write

lunes, 25 de julio de 2011

Filosofia aviar

La soledad camina acompañada

domingo, 3 de julio de 2011

Stop thinking.

Start being.

sábado, 2 de julio de 2011

Ha visto

- ¿Ha visto usted?
- ¿Qué?
- No lo sé. ¿Pero lo ha visto?
- ¿El qué?
- Señor, si tantas explicaciones solicita es porque no lo ha visto.
- ¿El qué? ¿El qué? ¿El qué he visto?
- El silencio señor, ¿lo ha visto?


N: yo no, este de aquí no se calla
D: Y LAS PATATAS DANZABAAAAAAN A LA LUZ DE LA LLUVIAAA!!
N: ¿Qué les digo?

Peco

Peco de no querer.
Peco de no saber.
Peco de no poder.
Pero sobre todo, peco de ti.
Peco de tus labios sobre los mios
De tus susurros en mi oido
Peco del silencio que me arrancas cada vez que te acercas
De cuando tu mano toma la mia
Peco de fortuna, por la buena suerte de tenerte conmigo.
Pero a veces no sé si estoy haciendo lo correcto,
porque entre lo que peco, peco de inseguridad.
En esos momentos no necesito chistes faciles
ni silencios escurridizos
En ese momento peco de egoismo y quiero tu mano sobre la mia
Y la promesa dicha bajito, bajito
Que esta noche no sera la última

viernes, 1 de julio de 2011

La crisis de la media pasión

Cuando yo empece esto, nadie me dio ciertas indicaciones. A mi no me dieron ciertos tips y ciertos consejos. Yo solo soy y es ya es un hecho tan inexorable e irremediable que nadie se molesta en aconsejarte.

Soy, si puedo autodenominarme de esta forma, un escritor.

No he hecho nada importante, es mas, se podría decir que soy un escritor aficionado, pero de cierta forma me he ganado algo de renombre. Pero no vengo a hablar de mi, ustedes deberán investigarlo por su cuenta propia. Yo vengo a hablar de una de esas cosas que nadie me dijo que pasaría. A los médicos les dicen como lidiar con su primer muerto, a los psicólogos con su primer suicidio, pero a mi nadie me dijo que hacer con la crisis de la media pasión.

Lei en alguna parte que una persona con talento era alguien que no dejaba de crear y a veces me parece que, de alguna forma, yo soy eso. Una persona con talento, mas especificamente un escritor con talento. Pero claro, esa cita o esa frase que lei en alguna parte no especificaba la cantidad de talento. Hay gente con algo de talento, hay otras personas con un buen talento y otras personas que tienen tanto talento que uno piensa que si se agitan demasiado, explotaran. Creo que yo soy simplemente de la primera clase. Cuento con algo de talento, no mucho, no poco, no demasiado... Solo algo.

Yo amo escribir, es de esas cosas que se empiezan a hacer y luego no se puede parar, que simplemente fluye de mis dedos a cualquier parte, el problema con esto es la crisis de la media pasión. Escribir es para mi una pasión, no es verdaderamente un trabajo o un hobbie, es una demanda del cuerpo y la mente que me exige que mis pensamientos sean puestos en evidencia de alguna forma, preferiblemente escrita. ¡Y ay de mi si me empiezo a negar! Me enloquezco, de a poquitos, lentamente, mientras las ideas borbotean, saltan y se estrellan en tu cabeza. Empiezo a coincibir cosas con errores gramaticales, con saltos de lineas y personajes que dejan de rayar en la bipolaridad y saltan directamente al trastorno de múltiple personalidad paisajes que no son tal cosas y conversaciones en las que las cosas se repiten como una grabadora rayada.

Por eso es que nacen los escritores, o al menos por eso es que nací yo como escritor. Pero cuando nací como un fenix de las ideas, nadie, nadie, nadie me dijo lo de la crisis.

Llegada a una edad de esta pasión violenta y exigente que es el escribir, sufrí una crisis. Tal como la crisis de la edad madura, pero peor. Porque aqui empece no a perder las ideas rápidamente. Tengo todas estas ideas, pero empiezo a disfrutar del choque entre ella, de los estrellones y las conversaciones que se repiten como una grabadora rayada. Es mas, desearía una grabadora porque el tomar un papel y escribir te parece ya tan común que me aburre. Antes, cuando tenia una idea, me apresuraba febrilmente a ponerla en los dibujos estos que son las letras y no paraba hasta que la idea había abandonado mi mente y nacido sobre el papel. Si quieren que les sea honesto, me da pereza.

Esa es la crisis de la media pasión, cuando la pereza se come tu pasión. Es mas, en este momento pereza de terminar esto. Y esto es lo que nadie me aviso, cuando deberían haberlo hecho. Así hubiera ahorrado para comprarme una grabadora. Se aceptan donaciones.

N: ¿Es esto verdad? ¡¿ES ESTO VERDAD?!
D: WIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!
N: D, maldito idiota, vuelve aqui.
D: WIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!
N: Pedazo de... de... cosa malformada, masticada y escupida, VUELVE AHORA!
D: WIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!
N: Ni al caso.
D: WIIIIIIIIIIIIIIII...
N: ¡Ja!
D: MAMI!!! N me hizo caer!

viernes, 24 de junio de 2011

Palomas

Las palomas son como los humanos: caminan cuando pueden volar.

martes, 21 de junio de 2011

L-O-S... Where is the T?

- How do you feel?
- Lost.
- Let me help you find you.


D: Estamos en una isla
N: No, no lo estamos
D: Pero mira el mar.
N: Ya lo discutimos, no es mar, es... es...
D: MAAAAAAAAAR!
N: No lo es!
D: MAAAAAAAAAAAAAAR!!!
N: Es una pantera
D: PANTEEEERAAA!!

jueves, 16 de junio de 2011

Una de esas veces

Era una de esas veces en las que pretendía que no le importaba un pepino, cuando en realidad lo que quería era lanzarle un millón de pepinos en la cabeza. Aunque ni con esas se daría cuenta.

N: D, ¿Estas seguro que la perdiste?
D: Si, si, hace un segundo la tenia aqui.
N: ¿Seguro?
D: ¿Seguro de qué?
N: De si la perdiste.
D: Ah... No, no estoy seguro... Seguramente es solo un extravio.
N: ¿Sabes de que hablo?
D: Claro que si.
N: ¿De qué?
D: Pues de florecitas rosas, ¿no? Es de lo que siempre hablas.
N: Si, la perdiste.

domingo, 12 de junio de 2011

Felicidad

La depresión lo impulsó a pensar en algo más alegre, ¿y que había más alegre que la alegría misma? Tras todo lo ocurrido, había ido desarrollado con pausa y sinceridad una pequeña teoría de porque la felicidad se le escapaba tan rápidamente. Porque la felicidad se le escapaba tan rápidamente a todos en realidad. También era una teoría sencilla que había ido perfeccionando en aquellos días fríos de febrero, tras que ella le dijese que se había acabado todo y se llevase su camarita de fotos como quien se lleva a un niño tras un divorcio. No hubo gritos ni peleas, al fin y al cabo ambos tenían claro que era de ella, aunque la hubiese comprado él. Ella le había dado nombre y alma, mientras él se había sentado mirarla a ese único ojo con un cigarrillo en los dedos. Esperando que le guiñase un ojo y le diese alguna idea. Esos días que no pensaba en el romanticismo de la felicidad, sino en el de la depresión. Romanticismo tedioso que hoy se volvía en su contra.

La felicidad. Tenía claro que si quería hablar de la felicidad tenía que ser más que todo subjetivo porque es de esas cosas que lo son todo en el momento y cuando se va... Uno se queda añorándolo, sentado con un cigarrillo mirando el lugar donde estaba esa cámara que se había llevado ella. Porque cuando estaba ella era feliz. Pero ella solo quería guiñarle los ojos, los labios, la piel a su cámara. Él ya era un lente gastado a sus ojos.

La depresión lo volvía más volátil, como si buscara un pensamiento que lo alegrase brevemente para poder reír y dejar de hundirse en el humo gris y frío de su cigarrillo que se consumía sin su ayuda. Por esa volatilidad es que no podía expresar su sencilla teoría, pero ahora debía hacerlo, aunque fuese para sí mismo, un vez más.

- La felicidad es escasa.

Esa era la tesis del asunto, tesis de la que todos, al entrar a cierta edad que nadie sabe a certeza, descubrimos. ¿Pero que era la felicidad? Bueno, aquí es cuando entraba el problema. La felicidad era, como no, un sentimiento, una especie de estado que te hace ignorar las pequeñas cosas y concentrarte en aquello que te da felicidad. Pero la felicidad estaba aliada con el destino.

Aquí era cuando empezaba lo descabellado.

Había que imaginarse a la felicidad como una cosa grande, una masa amorfa y gigante, que vivía desde antes de los humanos, tal vez, pero no antes que el universo. Sin embargo, no debía imaginarse a la felicidad como algo más grande que el universo, tal vez la mitad, o una cuarta parte como mucho, pero nunca más grande que el universo. Porque esto era un error. Pensar que había felicidad para todos. Porque si la hubiese, entonces todos serian felices todo el tiempo de la misma forma que como hay aire todos pueden vivir al mismo tiempo. No, la felicidad no era aire. La felicidad era escasamente sublime, la mejor droga jamás inventada. Si es que fue inventada por alguien, porque un ser humano no podía acreditarse semejante logro.
El cigarrillo quemando sus dedos lo devolvió a la realidad. Lo soltó rápidamente. Se llevó los dedos a la boca para aliviar su dolor con su saliva. Ojala en la vida el dolor fuese tan fácil de aliviar. El dolor lo devolvió a su teoría, casi de forma esclarecedora.

La felicidad era un cuarto del mundo. Con eso bastaba. Ahora, la felicidad era, también, una especie de espora. Se reproducía de forma extraña y aparentemente aleatoria. La felicidad se dividía a sí misma, a ese manto de un cuarto del mundo, en pequeñas porciones de felicidad, sin perder en ningún momento su esencia adictiva. Esas esporas, porciones de felicidad, se apropiaban de pronto de uno, llegadas de la nada. Como si una persona te la ofreciese. Era como si te pusieran unos lentes. Se veía todo de otro color, más alegre. Todo parecía estar bien, en paz, y los problemas no pesaban tanto. Era tan deliciosamente… indescriptible. Como si lo mejor te llenase y no lo quisieras compartir con nadie.

Pero las esporas no duraban lo suficiente. No era justo que una persona fuese feliz todo el tiempo, que a lo largo de sus años de vida pudiese mantener esa espora en su interior. Había demasiada gente y demasiado pocas esporas como para que una persona tuviese el privilegio de contener una en su interior toda su vida. Por mucho se quedaban unos años, pero luego escapaban y te dejaban desolado, preguntándose a donde se había ido, como la habías perdido. ¿Por qué se había llevado su cámara y había dejado esa capa de polvo invisible sobre su cama? Cuando se iban, algunas partículas, caprichosas o agotadas, subían a la masa ligera, pequeña y amorfa y se quedaban allí lo que quisieran, disminuyendo aún más la cantidad de la, ya de por si escasa, felicidad que rodaba por el mundo.

Se levantó, tras buscar infructuosamente en la caja de cigarrillos uno que llevarse a la boca. Revolvió entre sus cosas, mezclada con ropa de ella que había dejado por la casa. No le había importado más que la cámara. Eso le llevaba a preguntarse si la felicidad no vendría en las cosas. Si debía replantearse toda su teoría y no había sido, en realidad, la cámara y su largo lente con el que ella jugueteaba, la que le había traído su propia espora de felicidad. Espora que ya se había ido. Mientras sacaba el cigarrillo, se obsequio un suspiro. Había vuelto a la pequeña atmosfera de felicidad o tal vez se había ido con ella, o con la cámara. Quien sabía. La felicidad era escasa. Debía esperar a que bajase otra espora y lo encontrara. Faltase lo que faltase. Quien sabía, tal vez la siguiente se quedase por un rato más. Podía sobornarla… ¿Pero con que se soborna a la felicidad?


N: Si ves, últimamente escribimos cosas rosadas y te culpo a mi.
D: N, tú crees que nosotros podamos ser de esas esporas?
N: Pues claro que no!
D: Por qué?
N: Las esporas no nadan
D: Eso lo explica todo! Gracias!
N: Lo facil que es razonar con los locos...

sábado, 21 de mayo de 2011

Sin

¿Sabes? Podría simplemente acercarme a ti y decir que te amo. Pero no creo que lo comprendieses... (Yo no lo hago)

lunes, 9 de mayo de 2011

Una historia que empezaba al revés

Había una vez una historia que empezaba al revés porque empezaba contigo y terminaba sin mí. Había una a falta de tres, y había otra a falta de final. Rebosaba de vida esta historia que empezaba al revés, tal vez porque corría de la muerte hacia la vida, hacia el vacio que viene antes de nacer y que todos conocemos tan bien como conocemos la muerte. La historia contaba un final, que era un comienzo, muy bonito. Salías tú sonriendo en blanco y negro, como en una vieja fotografía. Salías con un fondo claro, que podría ubicarse entre verano y otoño. Uno casi podía ver la ráfaga de viento que revolvía tu pelo, jugueteando. Te podía ver mirándome con tus ojos casi verdes, mientras yo intentaba cambiarle el puesto al viento, romper esos tres metros que nos faltaban y revolverte la mirada con mis dedos.

Hablabas, tranquilo, con tus ademanes pausados y reías por lo alto y grande cada vez que te decían una buena broma y la tarde trascurría hacia la mañana, llevada por las ráfagas de viento que jugaban a desordenarte el pelo. El amanecer se cernía a nuestras espaldas mientras tú seguías gesticulando y riendo y yo seguía observándote con una sonrisa, acomodada de forma extraña en mi silla, como siempre. La comida se rejuvenecía mientras todo era risas y carcajadas a nuestro alrededor. Las palabras seguían saliendo perfectas y entendibles de tu boca, de la mía, de la de otros, lo único que parecía ir yendo hacia atrás era todo lo demás.

La luna vino a confirmarlo, se alzó con orgullo mientras deshacía el camino hacia su cama. A nadie parecía extrañarle y para mí era natural como todo parecía transcurrir tan extraño a tu alrededor. Volvimos a alzar la mirada al cielo y mientras nadie miraba, tu mano buscó la mía y la galanteo con una breve caricia. Yo volví a sonrojarme y esconder la mano en mi cuello, apartando la vista de las constelaciones y mirando al suelo. Luego la conversación retomó su rumbo, caminando hacia atrás en los temas. Una fogata había empezado a lamer los troncos sin quemarlos, reconstruyéndolos de las cenizas, como las aves fénix. Luego, con el atardecer, alguien vino a prenderla.

Nadie había dejado de hablar, de reír y tú no dejabas de mover tus manos ligeras cuando hablabas. Yo no dejaba de mirarte y el viento no dejaba de juguetear con tu pelo, eso era lo único que no cambiaba. De pronto, la gente empezó a pararse e irse, aunque en realidad llegaban. Saludaban con una sonrisa cuando llegaban al irse y se internaban en tu casa, para luego desaparecer con un ronroneo del motor del carro. Nos quedamos solos y yo me pare, dispuesta a llegar yéndome también. Retrocedí lo que debería caminar hacia ti, tú me seguiste tras unos instantes y cuando yo estaba abriendo la puerta, tu brazo me detuvo. Me gire para mirarte. Estábamos solos, tú y yo y no tuviste que fingir la amistad de antes. Me besaste con dulzura, dejando un aroma frutal en mis labios mientras tus brazos rodeaban mi cintura. Luego me susurraste un te quiero atravesado y nos despedimos. Yo tenía una sonrisa tímida, tú una gigante. Camine hacia más allá, pues yo no tenía carro y tú me observaste todo el tiempo desde la puerta, viéndome llegar mientras me iba.

Porque yo sabia y siempre lo he sabido, que el tiempo no pasa igual cuando tú estas cerquita.

N: cada día estamos mas romanticones. Puaj
D: Uh! Mira, mira, sacamos corazoncitos rosas...
N: D, deja de intentar atraparlos, los haras felices.
D: Vengaaaaan corazoncitos, bailemos juntoooos!

domingo, 8 de mayo de 2011

Love don't heal. Love makes the wound bigger, love goes deep in the wound, love tears you apart... Then it heals.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Había una vez (de haber)

Había una vez, de esas que ya no hay (de haber), un niño pequeño, pequeño que jugaba a ser grande todo el tiempo. Que jugaba a tener los pies de gigante cuando nadie lo miraba y así no estar asustado de las hormigas. Que jugaba a inventarse que podía (de poder) tocar las nubes, que las podía acariciar para que el cielo llorase. Que hablaba fuerte, con una voz gutural que retumbaba en los árboles y estremecía la tierra, para que todos lo escucharan. Que en sus espaldas relevaba a Atlas (de Grecia) para darle un descanso. Jugaba a que era grande, grande y que no había que mirar hacia abajo para sonreírle.

Había una vez, de esas que ya no hay (de haber), un niño pequeño, pequeño que miraba para arriba todo el tiempo, queriendo crecer. Con los pies pequeñitos y asustado de hormigas para el cual las nubes eran gigantes y lloraban tsunamis (de agua). Que hablaba bajito, bajito, sin alterar el aire. Que leía a Atlas. Había una vez, de las que ya no hay, un niño pequeño, pequeño, del que nadie se acordaba de ir a arropar y que jugaba y jugaba a ser grande todo el tiempo (del reloj).

Había una vez, de esas que ya no hay, la esperanza tranquila en algún lugar del mar y un niño pequeño, pequeño, que se sentaba a ver al tiempo pasar. Un niño pequeño, pequeño, que solo sabia jugar. Había una vez… de esas que ya no hay.


N: No lo dudo, para nada. El niño pequeño eres tú.
D: Wiiiiiiiiiiiiiii!!
N: Así te puedo aplastar.
D: No tan... ¿wiii?

They told me...

They told me to not to tell.
If it hurts, keep quiet and do not tell.
If it’s heavy, take a breath and zipped it out.
If it’s hard, bite your lip and make it bleed.
But do not break up.
Do not melt down.
Cause the world is of the strong ones

N: Nosotros? Y ahora nos viene echar la culpa a nosotros?
D: Mi du nut speak inglish
.
N: Claro que lo haces, yo te he oido.
D: Mi du nut speak ingliish

viernes, 25 de marzo de 2011

Shyness

Shyness is going to kill me one day...

You know... Like in shyness kill sadness.

martes, 22 de marzo de 2011

¿Qué es más dificil?

Y dime... tú, que estas tan lejos que las estrellas se me asemejan cercanas. ¿Que es mas dificil?

¿Extrañarme

O Extrañarte?

¿Que es mas dificil?

¿No tenerme

O no tenerte?

¿Que es mas extraño?

¿Tu cuerpo sin el mio

o el mio sin el tuyo?

¿Qué te duele más?

¿Morder tus labios sin los mios

o que me muerda los mios sin los tuyos?

¿Qué es peor?

¿Encontrarme en sueños

O no encontrarte?

Dime... Tú que te asemejas extraño como la ficción.

lunes, 10 de enero de 2011

Te extraño

- Te extraño- le susurró al silencio, con los ojos perdidos en la inmensidad negra de la nada. El eco, aquel enemigo simpatico de los malos ratos, le devolvio sus propias palabras una y otra vez, fragmentadas.

- Pero si estoy aqui- le respondio él, mirando su mirada perderse, queriendo acariciarla con esos ojos, pero viendo que era una y otra vez esquivado. Estaba parado junto a ella, mirandola mirar, escuchando al eco devolverle sus palabras y luego tragarselas ofendido por su indiferencia.

- Pero aun así te extraño- en cualquier otra novela, ella hubiese girado sus ojos y lo hubiese mirado con una tristeza profunda y ancestral que parecia desbordarse de esas orbes magnificas de su rostro. Pero no lo hizo, siguio mirando a la nada y él no tuvo la oportunidad, por mas nimia que fuese, de acariciar su mirada unos breves segundos.

- No me voy a ir- le recordó.

Supo por su forma de suspirar que ella quizo creerle. Que quizo hacerlo con cada parte de su ser. Pero que no pudo hacerlo. Que algo le impedia creer en aquellas sencillas palabras que él decia con una honestidad tan inocente.

- Lo sé- mintió ella, evitando el cliché de mirar al cielo. Evitando su mirada. Evitandolo.

Tal vez, pensó él, eres tú la que esta lejos.


N: Far Far Away.

D: Faar, Far, Faaaar Away.
N: Like you.
D: Me?
N: Yeap.
D:WAAAAAAAAAAAAAAA, ¡No! I'm a far