jueves, 13 de mayo de 2010

Verguenza

Era el sol lo que se colaba por las cortinas para golpear sus ojos. Por mas que se removiera no lograba evitarlo. La maldita luz siempre lo encontraba. Al fin se acaba por rendir, y con un movimiento rabioso poco propio de un recien despertado se quita las cobijas de encima. Le lanza una mirada asesina al doblez de la cortina que ha permitido que el sol le tocase. Pero al instante retira la mirada, maldiciendose. La luz habia cegado sus pupilas adormiladas. Eres todo un genio, se dice burlon mientras sus ojos se vuelven a acostumbrar a la luz entre sus manos. Luego se levanta con lentitud. La rabia se habia perdido por pereza a mantenerla y ahora se habia resignado. Da un par de pasos cansados y torpes hacia la puerta, que empuja con la rodilla como todas las perezosas mañanas, mientras se revuelve el pelo sucio ya de por si revuelto, como si su accion lo fuese a ordenar. Entonces, sus ojos se topan con un hilo de algo extraño, verde y desagradable que tras unos instantes de lentos pensamientos identifica como baba. Su cerebro le provee el siguiente pensamiento un poco mas rapido: eso no estaba alli ayer. Con esto en mente, y tras unos instantes de duda, decide hacer lo que cualquier confundido haria: buscar algo o alguien que le explicara lo que ve o como quien dice, mira a su alrededor.
Entonces, se topa con otra imagen extraña, al parecer ese dia estaban de moda. Habia unas cosas, pues no encontraba ninguna otra clasificacion que darles, un par de ellas solamente que tenian sus cuerpos vomitivamente gelatinosos doblados sobre un "algo" oscuro.
Tras unos instantes de silencio, en el cual seguro nacio un gay, una de las cosas babosas alzo la cabeza y lo miro con unos ojos como puntos negros. Alcanzaba a distinguir que la cosa tenia algo en la boca, algo que se asemejaba mucho a un dedo humano. Asi que un cadaver, susurro una voz en su cabeza tras unos instantes mientras el seguia mirando a la cosa. La decision de que debia hacer solo tardo unos segundos.
- ¡Ni mierda! ¡Yo me vuelvo a la cama!
Se giro, como abuelo enfadado que murmuraba constantemente con tono cascarrabias. Dio un portazo y, tal como habia dicho, se volvio a la cama. ¡Verguenza habia que tener!

N: Me empiezo a sentir olvidado
D: Es imposible, tu no sientes.
N: Claro que si, siento que te odio.
D: Es imposible, nadie me puede odiar.
N: Nadie te puede odiar tanto como yo, si, tienes razón
D: Es imposible, soy anti odios
N: Eso es lo que tu crees
D: Es imposible.
N: Oh! Callate!
D: Es imposible.

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